En relación
a la pregunta ¿Existen elementos para construir una teoría de la justicia?,
resulta importante señalar que es muy difícil dar contestación a esta
interrogante, valdría la pena reflexionar si una teoría nos llevaría a garantizar
la justicia y por lo tanto como sería la medición que conlleva al análisis de
la virtud.
Asimismo
es importante preguntarnos ¿Si se puede medir con objetividad lo justo y lo
injusto? ¿Qué es lo que determina el grado de justo e injusto?, me parece que
no se ha podido construir una teoría de la justicia, no se tienen los elementos
para determinar lo justo y lo injusto. En este sentido es de analizar si
existen parámetros que se puedan identificar para que un juez pueda dictar una resolución
justa, considero que es difícil de identificar dichos parámetros, existen protocolos
de la corte que sirven de guía para establecer parámetros teóricos, asimismo
existen test de proporcionalidad, documentos dirigidos a jueces, la teoría de
la argumentación conducen a la racionalización de los argumentos, sin embargo
con estos elementos no se puede concluir que existan parámetros para determinar
que es justo o injusto, la muestra de ello son los diversos criterios que
emiten los órganos impartidores de justicia, muchas de las veces son argumentadas
con visiones distintas, asuntos parecidos son resueltos con interpretaciones distintas,
en consecuencia se puede comentar que no existe un concepto generalmente, aceptado
para una teoría de la justicia.
El artículo
17 Constitucional establece que nadie puede hacerse justicia de propia mano o
por sí misma, por lo que le corresponde al Estado la impartición de la misma,
en este orden de ideas podríamos analizar la relación que existe entre justicia
y venganza. Desde la época del talión se buscaba hacer justicia bajo el criterio
“ojo por ojo y diente por diente”, de esta
forma se pretendía que los afectados por un daño, tuvieran la oportunidad de cobrarse
los perjuicios causados, esta fórmula no siempre resultaba ser justa, en
ocasiones se realizaba un daño mucho mayor que el recibido, con el paso del
tiempo esta venganza se ha institucionalizado, en nuestras leyes observamos cómo
sigue estando presente el binomio venganza-justicia, sobre todo en materia
penal, muchas de la veces con el aumento de las penas se pretende saciar la sed
de venganza, seguimos observando que en la penalidad de muchos delitos se
visualiza una fuerte dosis de venganza.
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